viernes, 1 de agosto de 2008

incapacidad

Estoy enferma, tan enferma como no lo había estado en mucho tiempo. Tan enferma, que me dí de alta en cierta institución de salud (cuyo nombre no mencionaré) y llegué a mi clínica antes que nadie para tener la primer cita disponible. Y me declararon incapaz, pero no se tomaron la molestia de aclarar incapaz de que, definitivamente estoy incapaz de gritarle a alguien, incapaz de comer demasiado, de burlarme, de romper un plato, además, si a esas vamos, yo los declaro incompetentes, no a todos, sólo a las partes burocráticas del asunto, los doctores que me han atendido son maravillosos, pero llegar a ellos a sido algo que sólo se me ocurre narrar mmm...
Algo así como:
No se cuántos días han transcurrido desde mi partida del mundo terrenal en el que hasta hace poco moraba con aparente indiferencia. Las circunstancias son las que me han llevado a tomar las decisiones que poco a poco he tenido que enfrentar. No me lamento de mi suerte, pues se que es un castigo que proviene del cielo*. He dado todo cuanto tenía que dar, y soportado cada menester que en mi camino se ha atravesado, pero hasta este momento todo era claro, había indicaciones para que pudiese yo encontrar mi camino con facilidad y alguien que me hacia compañía. Pero ahora he quedado sola. Sola en este febril estado. Me cuesta trabajo mantenerme de pie y casi no me queda conciencia, oigo que alguien me llama, su voz no proviene de muy lejos, me llama por mi nombre. Antes de ceder ante mi delirio me pregunto ¿como sabe mi nombre?
*
por no darme de alta desde que entre a trabajar

Pero parece que ya estoy en camino a mi recuperación. Y tengo un día mas de incapacidad, así que lo empleare descansando y disfrutando todo aquello que no requiera una maravillosa salud para ser gozado.

1 comentario:

Unknown dijo...

Dear tienes tarea en mi blog pasa a checar...